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jueves, 12 de abril de 2012

Macabra amenaza a los elementos de la Secretaría de Seguridad Pública

Quintana Roo.- Cuota de sangre! ese es el abierto reclamo que lanzó el crimen organizado contra la corporación policiaca municipal, con el narcomensaje. En donde plasmó su sangrienta advertencia contra policías preventivos, con la tremenda doble ejecución de dos sujetos descuartizados, cuyos restos fueron abandonados en la madrugada del miércoles en la Región 206.
La Secretaría de Seguridad Pública municipal, a cargo de Jesús Aíza Kaluff, se ha dedicado a atrapar lo mismo a miembros de “Los Zetas” y de “Los Pelones”. 
Pero por meses y años, decenas de elementos se han mantenido infiltrados en las narcocélulas criminales realizando labores directas para las organizaciones delictivas. En donde no caben los “arrepentidos” mucho menos quienes por largo tiempo son parte de una “narconómina” activa. 
El “narcomensaje” de quien se desconoce hasta el momento la autoría, al igual que de la doble ejecución, fue lanzado de forma amenazante con la corporación policíaca. Y señala que “Esto le va a pasar a todos los preventivos y municipales y vas tú, comandante Chapita…de los motorratones !!!”
Ahí se refieren contra el comandante Gilberto Arcos López.
Este miércoles el secretario de Seguridad Pública municipal, Jesús Aiza Kaluf, dijo que existe un elemento del grupo motorizado, apodado “Chiapas”, cuyo nombre es Gilberto Arcos López, al que se hacía referencia directa en el narcomensaje. 
Señaló que, en efecto ha participado en algunas detenciones de miembros del crimen organizado, pero advirtió: “esto no nos va a amedrentar, no vamos a bajar la guardia, vamos a seguir actuando con mano firme”.
Con esta postura el titular de la Secretaría de Seguridad Pública municipal, mantiene sus operativos de forma directa y firme.
Sin embargo, no hay que olvidar que la corporación policiaca, durante años ha colaborado, operado y subordinado a las órdenes del crimen organizado.
Decenas de elementos de la policía municipal han colaborado de la mano de la narcocélula delictiva mencionada. Pero también lo hace con la narcocélula de “Los Pelones”.
Esta infiltración, corroe y lacera, desde las raíces a la corporación policíaca municipal, que ha sido objeto de investigaciones, señalamientos y sobre todo de persecuciones por parte del crimen organizado.
Y eso es porque mientras a unos los despiden o cesan de sus labores como agentes, otros se mantienen activos en las narconóminas que controlan y cubren las narcocélulas de “Los Zetas” y “Los Pelones”.
Más grave es que de las mismas filas de la corporación policíaca, se desprenden decenas de ex elementos policíacos que pasan a formar parte de las filas del crimen organizado y colaboran en diversas acciones delictivas. Sólo se desprenden del uniforme, pues al desempeñarse como agentes activos subordinados al crimen organizado, una vez que los descubren, investigan o despiden. Entonces se lanzan a la calle como miembros de la delincuencia organizada.
Sin embargo, para quienes aún son parte de la corporación policíaca municipal, y siguen en las filas del crimen organizado, se ven en serios aprietos, ya que con los constantes operativos, capturas y detenciones de miembros de “Los Zetas” y “Los Pelones” se encuentran limitados o de plano se ven frenados para operar a favor de las narcocélulas.
Y es ahí en donde el reclamo inmediato se ve reflejado con amenazas y advertencias, o como en este caso de la doble ejecución, se lanzan narcomensajes para señalar que pueden actuar contra elementos policíacos municipales, que se mantienen subordinados al crimen organizado, pero que no cumplen con los compromisos pactados que durante largo tiempo han realizado.
La advertencia y amenaza está vigente, lo mismo que la subordinación de numerosos elementos policíacos que por mucho tiempo han gozado de la impunidad y han cobrado de forma directa y constante en las narconóminas.
Por lo que ahora enfrentan el reclamo de la delincuencia organizada.


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